miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Dónde están los brazos de la Venus del Milo?

Todos quisimos abrazar a la Venus del Milo
y no pudimos.
Nunca supimos perder, como ella perdió los brazos,
y nos perdimos
en la búsqueda de extremidades en el precipicio
de la vida que no pudo ser; lo que pudo haber sido.
Soñé con sus manos la noche del coche de Ed Banky
Y al despertar supe que no había vuelta atrás.
Yo la besé, con mi lengua preguntante,
intrigada por no saber a cuál de sus dedos aferrarse
en el día de la caída.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Una noche con Brigitte

“Bob Dylan”, dijo al oír la música que salía del salón. Y sonrió, sentada en la esquina de la bañera, postrada ante el váter. Y sonreí. Y volvió a introducirse los dedos en la boca, hasta tocar la campanilla. Y los sacó tan rápido como le vino la arcada.
Yo le cogía el pelo, primero con una mano. Con dos, luego. Y creo recordar que maldijo las cervezas que nos habíamos tomado.

Nos fuimos al sofá.  La abrigué con el edredón colorido que había cogido de su cama. 
Y la abracé. La abracé, la amé, la amé y la amé. La abracé procurando estirar el momento hasta el infinito. Y la supe mía. Y no quería dejarla marchar jamás. Y se durmió, durante horas que pudieron ser años o segundos.

Yo, mientras, fumaba aquellos puritos baratos, y ponía la música que tan indirectamente le cantaba. Puse mi barbilla sobre su cabeza de niña, y pensé "que jamás sea cierto el jamás".

Despertó, mirándome con una sonrisa, y aquellos ojos bañados en mar. La despertó Carlos Siles, sonando en el estéreo. Y volvió a mis brazos. Y allí estuvimos un buen rato. Supongo que queríamos vernos amanecer.

La acosté en su cama. ¡Hasta le di su beso de buenas noches! Apagué la luz. Y nunca más se supo de ella.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Estimada

Quiero escalar por tu falda, 
trepar por tu pelo,
subir a la cima de tus pensamientos,
y encontrar el agujero
que me lleve al centro del cerebro
que controla mis sentimientos.

sábado, 22 de octubre de 2011

El Viaje de Estudios de mis Neuronas


Yo, y mi libertad,
y un montón de gente más,
planeamos el asentamiento en el mundo.
Un viaje sin sentido alguno para las neuronas,
que se debaten entre el vitalismo sureño
y el más exacerbado de los romanticismos.

Que me lleven a la catarsis, por favor.
Es el precio mínimo a pagar 
por los destrozos y desbarajustes en el multiverso.

jueves, 20 de octubre de 2011

El Poeta ha muerto

Gachas unas cabezas 
mientras se alzan las románticas estructuras
que juran.
Rozan el cielo
mientras gritan los hombres. ¡Griten!
Que griten.
Refugiados en la cueva
mientras fuera razonan lo irrazonable
que existe.
Cantan carpe diem,
mientras los locos se sienten cuerdos
que piensan.


domingo, 16 de octubre de 2011

Quiéreme, quiéreme, y viceversa.

No sé cómo decírtelo. Tengo miedo al apocalipsis, a caer por el precipicio que separa nuestras vidas. Podría morir antes de solar las dos palabras. Soy un cobarde. Y me odio por serlo. Y te amo sin quererlo, como el que sin querer rompe un plato. Nena, soy un cobarde, ese cobarde que te desea en la oscuridad de tus noches, el mismo que se refugia en la luz de tus días. Soy un cobarde, no te miro a los ojos. Debería empezar a vivir con el miedo que me provocan los fracasos. Francamente, me  flaquean las piernas. Apresúrate, me caigo, y si yo desaparezco no habrá quién te coja.
Vivo con el miedo de no tenerte, y lo que es peor, vivo con el miedo de saber que no te tendré. Vivo y muero a cada segundo, y resucito sólo para ser feliz contigo.

Podré pensar que se acaba el mundo, chica.  Sentiremos el viento en la cara cuando crucemos los Estados Unidos de América en ese descapotable que alquilaremos en nuestro primer viaje juntos. No voy a hacerme el chulo sólo porque venda. Pero, vámonos. Vente al universo paralelo de mi mente, y quiéreme. Encontrémonos en algún lugar del mundo y quiéreme hasta que éste acabe. Y abrázame, que yo prometo no soltarte, ni decirte que es inerte y que me moriré sin verte desnuda. Hagamos de esto una locura física hasta destrozar el esquema de la bola que gira en torno al sol que nos despertará cada mañana cuando entre por mi ventana.  Seré pequeño y diré adiós a los sucios complejos. Por Dios, cuídame.  Salgamos a fuera, donde todos puedan vernos, que seremos invisibles a la mirada de la gente que camina.

No tengas miedo, sólo quiero ser toda tu vida.

Quiéreme, quiéreme, y viceversa.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La mujer por la que Alvarito pierde la cabeza

La mujer por la que Alvarito pierde la cabeza
no es la más lista, no es la más guapa.
No es la más divertida, ni las más rica.
No es la mejor persona, no es lo que todos esperan que sea.
No está domesticada, no vive en ninguna parte.
La mujer por la que Alvarito pierde la cabeza
no es siquiera mujer,
pero es venida de lo más profunda de la ensoñación,
no sé muy bien si del Edén o del infierno.
Joder, es que yo también me enamoraría de ella.


sábado, 3 de septiembre de 2011

La noche que volví al Toxicosmos

He mendigado en los cubos de basura cercanos,
y he bebido hasta perder el control,
y he volado con los tocadores de guitarras.
He sido hablado,
y hablador.
Y con hipo, y sin ti,
he sabido quererte y no tenerte.
Y no poder poderte tener
tiene guasa.
Y no te tengo.
Y te quiero.
Y he hablado con mis ídolos.
Y han preguntado por ti unas falsas grupis.

sábado, 20 de agosto de 2011

La tarde que volví a Cronolánea

La tarde que volví a Cronolánea fue esa en la que estaba escribiendo el artículo, que nunca llegó a publicarse, para 'Selva y Sabana' con 'Cronolánea' de fondo. Qué fútil. Soy Satán. Por la puerta grande.

Y me dí cuenta por la noche.

Además, creí haberte olvidado. Me prometí no llevar trastos viejos a la casa nueva del centro. Toxiqueces, las justas.


Descríbelo otra vez, 
tu mundo es tan sencillo
que un billete compraré.
Prométeme un viaje
que jamás olvidaré, 
que nunca olvidaré.

martes, 7 de junio de 2011

8

Arquea las cejas,
agacha ligeramente la cabeza,
gira 8º su boca,
encoge más si cabe su corazón destrozado.
Es toda secreto.
Niega y duda,
y viceversa.
Y me dice "Gracias. Adiós"
con su voz en formato lamento.
Es toda incertidumbre.


Me la sé, 
ésta me la sé.