La globalización viene y arrasa como un terible tsunami. No deja nada o deja todo "diferente" (según se mire). Lo que está claro es que las cosas dejan de ser lo que eran. Es una tendencia natural que naturalmente nos afecta y nos cambia y transforma con total naturalidad, sin tener en cuenta ni la naturaleza de su origen ni su objetivo.
Si seguimos teniendo en mente la imagen del titánico tsunami, ahora actuando sobre un terreno irregular, comprobaremos como, dándole autonomía y tiempo, obtendremos como resultado una superficie lisa, y en consecuencia facil de transitar.
Por el contrario, si no lo permitimos podremos contemplar un paisaje de montañas y valles por donde subir y bajar y donde el recorrido sea tarea dificil. De este modo, al llegar a la cima mas alta se podrá ver todo y se comprobará de una forma gráfica el fruto de nuestro trabajo.
Cambiamos, es inevitable, pero es necesario poner un límite. No podemos traicionarnos; debemos mantenernos fieles y leales a nosotros mismos. Es complicado saber decir "no" a lo fácil, y más cuando la tentación está al acecho constantemente.
Me encanta lo de fiel y leal =)
ResponderEliminarAunque lo difíil no sea siempre lo mejor...